Viajes de arte realizados
Más de 50 viajes realizados por España y por el extranjero desde el año 1994 hasta el último, en 2024. Algunos de ellos con varias ediciones en diferentes años. Os muestro breves reseñas en las que se destacan todos los tesoros artísticos visitados. Para algunos servirá de recuerdo, mientras que para otros serán lugares por descubrir. ce. Por supuesto, vendrán viajes nuevos porque aún queda mucho por ver y disfrutar.
45 viajes por España
14 viajes por el extranjero
Viajes por España
Lugo romana y la Tebaida Berciana
Camino de Lugo, nuestro destino principal, hicimos una parada para visitar el Monasterio cisterciense de Carracedo.
En Lugo visitamos los vestigios de su pasado romano, desde la muralla a la Domus del Mitreo o la Casa de los Mosaicos. Nos acercamos también a Santa Eulalia de Bóveda para contemplar uno de los santuarios romanos más antiguos. Y, hablando de antigüedad, qué mejor que visitar un castro como el de Viladonga.
También nos acercamos a Fonmiñá para pasear por las pasarelas que permiten observar el nacimiento del Miño. Y, al ladito, el Monasterio de Meira abierto sólo para nosotros. Esto es un lujo que ocurre pocas veces.
El domingo, antes de regresar a Madrid, otra vez en el Bierzo, subimos en minibuses al Valle del Silencio para poder visitar Santiago de Peñalba y San Pedro de Montes.
Y, de despedida, un cocido maragato en Castrillo de los Polvazares.
Zamora, Romancero y Románico (un día)
Desde sus orígenes romanos, pasando por la época de la Reconquista para revivir el famoso “Cerco de Zamora”, hasta el Modernismo que tiene buenos ejemplos en la ciudad.
La catedral es famosa, sobre todo, por el cimborrio románico que, junto con Salamanca y Toro, conforma los “cimborrios del Duero”.
Y en sus iglesias románicas se descubre la pureza de la arquitectura más sencilla con cabeceras rectas o absidales, hasta los famosos rosetones de los que hace gala el románico zamorano. Por no hablar de sorpresas en la escultura de sus capiteles o sus portadas y el famoso “Sepulcro de la Magdalena”.
Toledo mudéjar (un día)
Segovia (un día)
Está tan cerca de Madrid y tan llena de monumentos románicos que siempre es agradable volver a Segovia. Y, aunque se haga en un día, daría para otro día de visita o más. En Segovia siempre hay que empezar por el que sale a nuestro encuentro, el Acueducto romano. Y, a partir de ahí, iglesias románicas: San Millán, San Clemente, San Martín,… También la Casa de los Picos, la Alhóndiga, la Judería con el convento del Corpus Christi (antigua sinagoga) y la magnífica Catedral gótica, una de las últimas en construirse. Segovia también tiene un barrio románico, el de las Canongías, que nos lleva hasta el Alcázar; y donde podemos seguir viendo iglesias como la de San Andrés, San Esteban (con la torre más alta de Segovia) y, volviendo a la Plaza Mayor, la iglesia de San Miguel. Y, aún más, extramuros de la ciudad: el Monasterio del Parral y la maravillosa iglesia de la Vera Cruz. En alguna edición de Segovia se ha incluido la iglesia de San Justo, por sus pinturas románicas de gran valor, en sustitución de la visita al Monasterio del Parral.
Sevilla clásica
Sevilla “clásica” es el recorrido por los lugares más emblemáticos de la ciudad. Por tanto, en este viaje se visitan los Reales Alcázares, con las dependencias mudéjares del palacio de Pedro I y los jardines. Y, al lado, la Catedral gótica del siglo XV que, no sólo es una joya arquitectónica, sino que es un auténtico museo de pintura y escultura de obras del Renacimiento y el Barroco. Y encima, por si fuera poco, también tiene la Giralda. La iglesia de la Macarena para, desde allí, recorrer la muralla almohade de la ciudad árabe. También pasear por la calle de las Sierpes y ver los exteriores de la iglesia del Salvador, el Ayuntamiento y el Archivo de Indias. No podía faltar la visita al Barrio de Santa Cruz en este viaje clásico. Incluso un paseo nocturno por el puente de Triana, la Torre del Oro y el Palacio de San Telmo. Para terminar en un lugar ideal: el parque de María Luisa, visitando la Plaza de España, el monumento a Bécquer, los pabellones mudéjar y renacentista y, por último, la Real Fábrica de Tabacos.
Córdoba califal (un día)
Lo mejor de la Córdoba del siglo X, con las espectaculares ruinas de la ciudad de Madinat al Zahra que permiten recorrerla y revivir el esplendor del califato; y una visita a la gran Mezquita de Córdoba estudiando sus etapas constructivas, desde los inicios con Abderramán I hasta la última ampliación de Almanzor. Además, en las distintas ediciones de este viaje, se ha visitado la Sinagoga en la Judería, los Baños califales, la Torre de la Calahorra, que es un museo muy original que nos habla de las tres culturas) y también un paseo por la Axarquía. Y, aunque es el viaje más repetido, siempre hay ganas de volver.
Granada árabe y cristiana
Granada es una ciudad de ensueño que, tan pronto te lleva al mundo nazarí como a la época de la Reconquista. Se visita el Bañuelo, que logra transportarte al ambiente de aquellos baños árabes de la época califal, el Corral del Carbón que, aunque modificado con el tiempo, permite hacerse una idea de cómo eran las alhóndigas, el Albaicín lleno de iglesias, leyendas y callejuelas; y, por supuesto, la Alhambra y el Generalife, desde dentro y desde los miradores de San Cristóbal y de San Nicolás, además de pasear por la Alcaicería, la Acera del Darro, el Paseo de los Tristes… Y, en la parte cristiana, la Capilla Real, la Catedral renacentista y el conjunto barroco de la Cartuja. ¿Quién da más?
León (un día)
En la capital, dos monumentos clásicos del Románico y del Gótico: la Colegiata de San Isidoro y la Catedral, llena de tesoros escultóricos, aparte de sus vidrieras. Y, en la provincia, el pueblo de Castrillo de los Polvazares (con su correspondiente “cocido maragato”) que recuerda a Santillana del Mar, por su tipismo, y una visita a Astorga con su Plaza Mayor, la Catedral y el Palacio de Gaudí.
Monasterio de Sta. Mª de Huerta y Medinaceli (un día)
Un día muy completo en la provincia de Soria, con uno de los mejores monasterios cistercienses que permite visitar prácticamente todas sus dependencias, en perfecto estado, destacando su refectorio como una de las joyas del Protogótico. Y la visita al pueblo de Medinaceli, la llamada villa del silencio, con su arco romano, murallas árabes, el castillo y la Colegiata.
Románico aragonés en el Camino de Santiago
Un espectáculo románico en la provincia de Huesca, comenzando en la capital con el monasterio de San Pedro el Viejo y continuando con las visitas del castillo de Loarre (único en su estilo), las iglesias de Santa Cruz de la Serós, el monasterio de San Juan de la Peña con su claustro cubierto por la propia roca y la Catedral de Jaca, la primera catedral románica del Camino de Santiago. Tras una breve incursión en Navarra, para ver la iglesia de Santa Mª de Sangüesa, volvemos a Aragón para visitar uno de los pueblos más bonitos de España: Sos del Rey Católico.
Soria (un día)
Hay ciudades mágicas y, sin lugar a dudas, una de ellas es Soria. Pequeña, tranquila y repleta de monumentos y de recuerdos de Antonio Machado. En las ediciones de este viaje ha habido algunas variaciones, pero lo que nunca puede faltar, por su importancia, ha sido: San Juan de Duero, con un claustro donde los arcos van cambiando en cada lado, y que es una auténtica maravilla; la iglesia de Santo Domingo, con una portada que es un gran tebeo en piedra y una de las más importantes del Románico; el paseo romántico hasta la ermita de San Saturio, a orillas del Duero, a la que se accede por una cueva y la sorpresa es subir hasta la iglesia barroca superior; y San Juan de la Rabanera, otra iglesia románica de la ciudad de Soria; y la Concatedral de San Pedro, sorprendente por su interior elegante renacentista y por su claustro, también románico. En uno de los viajes, se incluyó el Burgo de Osma para visitar su gran Catedral. En otro, se visitó San Esteban de Gormaz, que cuenta también con dos importantes iglesias románicas, además de un Parque Temático de maquetas románicas. Otra opción fue ir a Gormaz para visitar la ermita de San Miguel, con pinturas románicas, y ubicada en las alturas, cerca de la fortaleza de Gormaz.
Burgos (un día)
Tres joyas medievales “que quitan el hipo” en la misma ciudad: El Monasterio cisterciense de Santa Mª la Real de las Huelgas, la Catedral gótica del s. XIII y el gótico isabelino en la Cartuja de Miraflores con el conjunto escultórico del retablo y los sepulcros de Gil de Siloé.
Navarra y el Camino de Santiago
Recorrer el Camino de Santiago es encontrarse con monumentos importantísimos que fueron, en su día, deslumbrantes para los peregrinos medievales y hoy, siguen despertando nuestra admiración. Navarra es uno de los lugares que atesora más obras maestras de este románico de peregrinación. Pamplona, con la Catedral gótica y el claustro (un lujo sus portadas). Visitar la Colegiata de Roncesvalles, sintiendo la presencia de Carlomagno y Roldán. También Leyre, ineludible en cualquier viaje a Navarra. La mágica iglesia de Santa Mª de Eunate, Puente la Reina, Estella y, el fin de fiesta, el Castillo de Olite que es como vivir en un cuento de hadas.
Sierras de Béjar y Francia
Perfecta combinación de paisaje, arquitectura popular y joyas artísticas. Hay visitas curiosas, como la plaza de toros y el santuario del Castañar en Béjar, el típico pueblo de Candelario o el de Miranda del Castañar, y ¡cómo no! La Alberca, haciendo el recorrido de la “moza de ánimas” por la noche para darle algo de misterio. La subida a la Peña de Francia y, como colofón, Ciudad Rodrigo con las visitas de la Catedral y la iglesia mudéjar de San Pedro y San Isidoro.
Camino de Santiago en La Rioja y Burgos y ruta del Conde Fernán González
Un viaje de auténticos peregrinos, visitando Logroño, el Monasterio de Santa Mª la Real de Nájera, San Millán de la Cogolla con sus dos monasterios, el de Suso y el de Yuso. Otra joya cisterciense, el Monasterio de Cañas y, para rematar, Santo Domingo de la Calzada, con el famoso gallo de la leyenda. Ya en tierras burgalesas, el Monasterio de San Juan de Ortega y la iglesia visigótica de Quintanilla de las Viñas, las ruinas del Monasterio de San Pedro de Arlanza, el pueblo medieval de Covarrubias y, uno de los platos fuertes, el Monasterio de Santo Domingo de Silos con los relieves del claustro (de lo mejor del románico clásico). Y, para despejar la mente de tanto piedra artística, un paseo entre piedras naturales por el Desfiladero de la Yecla.
El mudéjar castellano I (un día)
Un viaje por el mudéjar más monumental centrado en tres poblaciones: Toro, Tordesillas y Olmedo. En Toro, aunque también se visita la Colegiata románica, se incluye el mudéjar característico de esta zona en las iglesias de San Lorenzo el Real y San Salvador. En Tordesillas es una gozada recorrer el Real Convento de Santa Clara, lleno de historia, con patios, portadas y artesonados. Y el originalísimo Parque Temático del Mudéjar de Olmedo, donde se hace un recorrido, al aire libre, por la historia del mudéjar con maquetas de los mejores ejemplos mudéjares.
Burgos y Palencia - El Camino de Santiago
Después de haber recorrido el Camino de Santiago en Aragón, Navarra y La Rioja, toca hacerlo por Burgos y Palencia. En Palencia capital, visitas imprescindibles son la iglesia de San Miguel y su preciosa Catedral, la Bella desconocida. Y ya, en pleno Camino de Santiago, lo mejor de lo mejor: San Martín de Frómista, Carrión de los Condes con las iglesias de Santa Mª y Santiago y el Monasterio de San Zoilo y, en Villalcázar de Sirga, la iglesia de Santa Mª. En Burgos es un pecado artístico no visitar la Catedral. Y, nuevamente, siguiendo el Camino se llega hasta la coqueta iglesia de San Pedro de Tejada que brilla aislada en un prado, para terminar encaramados a las alturas del pueblo medieval de Frías, ¡precioso! En la reedición de 2015 hubo algunas variaciones: Como novedad, la iglesia de San Hipólito en Támara de Campos, todo un acierto y altamente recomendable. También la iglesia de Santa Mª la Real de Sasamón y la Cartuja de Miraflores en sustitución de San Pedro de Tejada y la catedral de Burgos.
Prerrománico asturiano y Camino de Santiago en el Bierzo
Cualquier zona del norte de España ofrece paisajes maravillosos. En este viaje se combina Asturias y una zona leonesa, el Bierzo. Visita a Oviedo y el Monte Naranco con las iglesias prerrománicas de Santa Mª y San Miguel de Lillo. Y, de nuevo, degustación de un buen cocido maragato en Castrillo de los Polvazares. Para bajar la comida, qué mejor que visitar Las Médulas en una ruta a pie. Visita del casco histórico de Ponferrada, el Monasterio cisterciense de Carracedo y en Villafranca del Bierzo visita de la Colegiata, la iglesia de Santiago y el castillo de los marqueses de Villafranca
Cantabria y Picos de Europa
Todo es espectacular cuando nos acercamos a Picos de Europa. Pero si se le añade Cantabria, aún más. Santillana del Mar, un pueblo precioso y con una de las Colegiatas románicas más importantes. Y Comillas, con el Palacio de Sobrellano y el colorido edificio del Capricho de Gaudí. Entrando a Picos de Europa por el impresionante Desfiladero de la Hermida se llega a Santa Mª de Lebeña y al Monasterio de Santo Toribio de Liébana y, después, subida a las alturas con el teleférico de Fuente Dé. También “pueblos con encanto”, Potes y Cangas de Onís; y otra subidita más: esta vez a Covadonga, visitando la cueva de la santina y la Colegiata, para terminar en los famosísimos lagos.
La Ribeira Sacra de Lugo y Ourense
Galicia siempre deja satisfecho a quien la visita: paisaje, gastronomía, arte,… Y la Riberia Sacra, especialmente, porque lo tiene todo. En este viaje se visita un románico gallego poco conocido, pero auténtico: las iglesias de San Fiz de Cangas, San Miguel de Eiré, el Monasterio de las Bernardas de Ferreira de Pantón, San Pedro de Rocas y el Monasterio de Montederramo. Pero no sólo de arte vive el hombre: Visita a una bodega, Mirador de Cadeiras (uno de los muchos que se asoman a los cañones del Sil), Paseo en catamarán y una Ruta de senderismo entre las aldeas de Anllo y Rosende, caminando entre viñedos de la ribera del Cabe.
Santiago de Compostela
Y, por fin, la meta del Camino: Compostela. Hay que recorrer el casco viejo y luego visitar la Catedral, el palacio de Gelmírez, la cripta del Maestro Mateo y los Museos Catedralicios. Y una breve escapada de la ciudad para ver el Monasterio de Sobrado dos Monxes, ubicado en el Camino del Norte, y continuar por parte del tramo del Camino francés pasando por Portomarín, visitando la iglesia de San Nicolás, el Monasterio de San Julián de Samos y acabar en O Cebreiro, entre sus famosas pallozas, rindiendo homenaje a Elías Valiña, el cura que señalizó con las famosas flechas amarillas el Camino Francés.
Salamanca (un día). Reedición en 2022
Universitaria y plateresca, con mucho que ver y visitar. La Catedral Vieja y Nueva, más las vistas exteriores desde el Patio Chico y la Plaza de Anaya. Hay que buscar la rana, disfrutando de la fachada plateresca de la Universidad, y en las Escuelas Menores dejarse llevar por el cielo pintado por Fernando Gallego. La fachada de la Clerecía y, enfrente, la Casa de las Conchas. Pasear por la Plaza Mayor y visitar la iglesia de San Martín, los exteriores del Palacio de Monterrey y la iglesia de la Purísima, para terminar en dos conventos, el de San Esteban, grandioso y con el regalo del fresco de Antonio Palomino en el coro, y el de las Dueñas, con uno de los patios más elegantes del Renacimiento español.
Valladolid (un día)
Lo más importante de este viaje es la visita al Museo Nacional de Escultura, uno de los mejores museos de España, que permite estudiar la evolución de la escultura desde la Edad Media hasta el Barroco, con obras fundamentales de Alonso Berruguete, Juan de Juni o Gregorio Fernández. Además, la exposición de los famosos Pasos de Semana Santa y el interior de la Capilla de San Gregorio, pertenecientes al Museo. El estudio de la escultura continúa en el exterior, con las fachadas de San Gregorio y de San Pablo, estupendos ejemplos de fachadas-retablo del arte Gótico. También los exteriores de dos edificios renacentistas, el Colegio de Santa Cruz y la Catedral, y uno barroco, la iglesia de las Angustias. Y para darle un toque medieval, visitar la iglesia de Santa Mª la Antigua, similar por su esbelta torre a las iglesias del Románico segoviano.
Monasterio de El Escorial (un día)
Día completo en San Lorenzo de El Escorial de visita “renacentista”, haciendo un recorrido detallado por el interior del Monasterio, visitando los diferentes museos, donde hay obras de primera categoría, los patios, la maravillosa biblioteca con los frescos de Tibaldi, la iglesia y los grupos escultóricos de Carlos V y Felipe II, el palacio son sus distintas dependencias y el panteón. También la visita de los jardines y las cocheras del rey.
Románico de los valles de Arán y Boí
Otro viaje por la zona norte; un auténtico placer entre montañas, valles y románico. Antes de llegar a Vielha (Valle de Arán), ya se visita la Catedral de Roda de Isábena, como aperitivo. Y las iglesias del románico aranés más importantes, como Santa María de Artiés, Sant Andreu de Salardú o Santa Eulalia de Unha, cada una con alguna peculiaridad que la hace diferente. Mientras que en el valle de Boí nos espera otro románico mucho más famoso: ¿quién no ha visto alguna vez la imagen del Pantocrátor de Tahull? Las iglesias de Sant Feliu de Barruera, Santa Eulalia de Erill la Vall, Sant Joan de Boí y en las de San Clemente y Santa María de Tahull. En todas ellas se pueden admirar los típicos campanarios altísimos y, sobre todo, las mejores pinturas de la escuela románica ítalo-bizantina. Todo un lujo. Finalizando el viaje en Lleida, con otra “pedazo” de iglesia: la Seu Vella.
Toledo renacentista y El Greco (un día)
Un viaje a Toledo diferente, centrado exclusivamente en el Renacimiento y en la figura de El Greco. Visitando la Catedral y explicando más a fondo sus esculturas y pinturas renacentistas, sin despreciar todo lo demás que ofrece esta gran catedral. En la iglesia de Santo Tomé se conserva el grandioso cuadro de “El entierro del conde de Orgaz” y la Casa del Greco, donde hay muchos de sus cuadros. Para terminar en la iglesia barroca de los Jesuitas con subida incluida a las torres para divisar Toledo desde las alturas.
Ávila: entre románico y gótico (un día)
Otra de las ciudades que tenemos cerca de Madrid, llena de historia y monumental. En este viaje se visita la iglesia de San Vicente, para tener el primer contacto con el maestro Fruchel, y luego pasar a la Catedral gótica en la que se observan sus “parches” ya que fue una de las primeras construcciones en el nuevo estilo: ¡todo un atrevimiento! Después de pasear por la muralla y el Arco de San Vicente, ya extramuros, está la iglesia de San Pedro, también luciendo románico con su espléndido rosetón, para terminar en el Monasterio de Santo Tomás, cambiando de nuevo al estilo gótico, visitando sus claustros y el bello sepulcro renacentista del infante don Juan.
País Vasco
Un viaje al País Vasco en busca de monumentos románicos y barrocos, visitando dos grandes capitales, Vitoria y San Sebastián, y terminando en La Rioja alavesa. La Basílica de San Prudencio de Armentia nos ofrece la visión del románico vasco, con características especiales, la Catedral nueva de Vitoria deja boquiabierto a cualquiera, por su altura interior, por su museo sacro y por la riqueza iconográfica de su exterior. En San Sebastián, por su casco histórico, hay que contemplar la fachada barroca de la iglesia de Santa Mª; y sin faltar la subida en funicular al Monte Igueldo. El plato fuerte del barroco está en Azpeitia, con el Santuario de Loyola. Y, para rematar, en La Rioja alavesa el espectacular pórtico policromado de Santa Mª de Laguardia, la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río y un paseo por Viana, lleno de historia.
Paseo medieval entre Soria y Guadalajara (un día)
Otro viaje cortito, pero intenso, en el que se vuelve a visitar el Monasterio cisterciense de Santa Mª de Huerta, al que siempre merece la pena volver, la ermita mozárabe de San Baudelio de Berlanga, con su arquitectura súper original, en forma de palmera, y los restos de pintura al fresco. Ya, en Guadalajara, la preciosa iglesia de Albendiego, llena de mensajes ocultos, y la iglesia de Campisábalos, famosa por su mensario románico.
Cáceres
Un recorrido variado por la provincia de Cáceres, entre murallas, ciudades medievales y sabor a antiguas órdenes militares. Empezando en Arroyo de la Luz, visitando su iglesia para admirar el retablo con pinturas de Luis de Morales, el gran pintor extremeño. Siguiendo por el centro histórico de Cáceres, con iglesias, palacios y el aljibe árabe del Palacio de las Veletas, otro viaje que te transporta a la Edad Media y al Renacimiento. Un peculiar Monasterio, el del Palancar, y un puente famosísimo, el de Alcántara. Y, para cerrar a lo grande, visitas a Trujillo y al Monasterio de Guadalupe.
Del prerrománico al gótico entre León y Valladolid
¡León!, y con ganas de volver a visitar la maravillosa Colegiata de San Isidoro, puramente románica y con las increíbles pinturas del panteón, más la Catedral, y poder subir a ver las vidrieras de cerca. Sumado a esto, un recorrido mezclando prerrománico y gótico, visitando la iglesia mozárabe de San Miguel de la Escalada, el Monasterio cisterciense de Gradefes, con las peculiaridades de un monasterio femenino. También, ya en Valladolid, la villa del libro, Urueña, para poder visitar la iglesia románica de la Anunciada y, después, otro Monasterio cisterciense, el de la Santa Espina, para concluir en otra “joyita prerrománica”, la iglesia mozárabe de Wamba.
Palencia: el románico de la montaña
Precioso viaje por lo más recóndito de la montaña palentina y hospedados en el Monasterio de Santa Mª la Real de Aguilar de Campoo, con sus curiosas visitas teatralizadas y hasta una cena medieval. Para sentirse como “monjes”. Se hacen numerosas visitas: las iglesias de Santa Mª la Real de Cillamayor, San Salvador de Cantamuda, San Cornelio y San Cipriano de San Cebrián de Mudá, otra iglesia de la misma advocación en Revilla de Santullán, San Juan de Moarves de Ojeda, la ermita de San Pelayo de Perazancas, los Monasterios de San Andrés del Arroyo y de Santa Eufemia de Cozuelos. Una visita nocturna “El románico de la luz”, que incluía las iglesias de Santa Mª de Mave y Santiago de Cezura. ¿Creéis que acaba aquí? Pues no, aún hay más: Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar, Santos Justo y Pastor de Olleros de Pisuerga y San Lorenzo de Zorita del Páramo. Y, para no acabar con otro edificio románico, la visita de la iglesia visigótica de San Juan de Baños.
Zaragoza, Tarazona y Veruela
Por tierras aragonesas viendo cosas muy variadas. Empezando en Zaragoza, en la Basílica del Pilar con la capilla de Ventura Rodríguez y el retablo de alabastro de Damián Forment, además de las cúpulas pintadas por Francisco Bayeu y Goya. La Seo con otro magnífico retablo y tesoros artísticos en sus capillas. Al estar cerrada la Aljafería, por un acto oficial, se realizó la visita al original Museo de los Faroles y Rosario de cristal. También Zaragoza, se puede saborear el mejor plateresco en el Patio de la Infanta y la fachada de Santa Engracia. Y, después, rumbo a Tarazona para visitar su casco histórico y la Catedral. Y el Monasterio cisterciense de Veruela, recorriendo todas sus dependencias y recordando los pasos de Bécquer.
Las colegiatas de Cantabria
Como no podía ser de otra manera, había que empezar por Santillana del Mar y, además, de noche, para que aún sea mayor la sensación de vivir en otra época. ¡El pueblo es un escenario! Y, ya de paso, una visita a la Neocueva de Altamira, que está cerquita. En este viaje, dedicado a las colegiatas, la primera ya se ve en Santillana, pero luego viene la borrachera: Santa Mª de Yermo, San Pedro de Cervatos, Santa Cruz de Castañeda y San Martín de Elines, viendo cada rincón de estas colegiatas y, por supuesto, sus canecillos (el mejor conjunto de románico erótico). Y saliendo por Burgos, visita a Orbaneja del Castillo, otro de los pueblos bonitos para sumar a la lista.
Toledo de las tres culturas (un día)
Similar al viaje de “Toledo mudéjar”, pero más focalizado en remarcar elementos judíos, árabes y cristianos para revivir cómo era la ciudad en aquellos momentos. El arrabal árabe, desde la Puerta de Bisagra (la nueva y la vieja) hasta la Puerta del Sol, contemplando la espectacular iglesia de Santiago del Arrabal y la mezquita del Cristo de la Luz. Por la calle Alfileritos y el cubillo de San Vicente se entra a la zona cristiana, donde se encuentra el Museo de los Concilios y la cultura visigoda ubicado en la iglesia de San Román que, además, tiene pinturas al fresco. No podía faltar la judería con sus dos sinagogas y la iglesia de San Salvador, para terminar en la Catedral gótica, que es todo un espectáculo. Y, de postre, un paseo extramuros con una panorámica para tener una visión más completa de Toledo.
El románico del Ripollés y la Garrotxa
Castillos, monasterios y alguna carretera de vértigo, más toda una lección de románico, desde el Primer románico lombardo al del siglo XII. El castillo de Cardona, con su iglesia románica, y los monasterios, a cada cual más espectacular, de Santa Mª de Ripoll, San Juan de las Abadesas, la canónica de Vilabertrán y San Pedro de Rodas. Y también dos cascos históricos, el de Vic y Besalú. En Besalú, además de la famosa estampa de su puente medieval, destacan las iglesias de San Pedro y San Vicente, la Sinagoga y los baños judíos.
El mudéjar castellano II (un día)
Otro viaje al mudéjar. Nuestro mudéjar, estilo que sólo encontramos en España, y que en este viaje ofrece su gran variedad, desde el castillo de Coca a la villa de Olmedo, donde se encuentra el Parque Temático del Mudéjar con maquetas de diferentes monumentos que permiten estudiar muy bien las características del estilo. Terminando en Arévalo que también es otro museo al aire libre, pero no de maquetas, sino de iglesias mudéjares sorprendentes: El Salvador, San Juan, San Miguel, Santa María y San Martín.
Prerrománico asturiano
¡Qué buena combinación! Asturias y arte. Éxito seguro. Empezando por la iglesita de Santa Cristina de Lena, como un cofrecito en piedra. Y continuando por la Catedral de San Salvador, con la Cámara Santa, y la iglesia de San Julián de los Prados en Oviedo. Y estando allí, camino al Monte Naranco para visitar las dos joyas de Santa Mª y San Miguel del periodo ramirense. En Villaviciosa, la iglesia de Santa Mª de la Oliva, la de San Juan de Amandi y el conjunto monumental de Valdediós, monasterio y conventín. Y, para finalizar, la Colegiata de San Pedro de Teverga.
Galicia monástica y peregrina
Otra vez a Galicia, tocando un poquito de la Ribeira Sacra. Precisamente, en el corazón de la Ribeira está Monforte de Lemos, donde un paseo por la judería lleva al castillo para contemplar la vista panorámica. Y de allí, carretera y manta, a por los monasterios; muy diferentes entre sí, como el Monasterio de Oseira, al que llaman el Escorial gallego, el de Carboeiro, que se mantiene en pie entre la vegetación y el río, en un paisaje típicamente gallego, o el de Samos, el mejor conservado. Pero también con tiempo para ver una iglesia pequeñita y llena de sorpresas, San Xulián de Ventosa, y la Catedral de Ourense con el pórtico del Paraíso, hermano menor del Pórtico de la Gloria de Santiago. Y, para enlazar con el camino de Santiago, una breve incursión en la Ribeira Sacra, con Santo Estevo de Ribas de Miño, para visitar finalmente dos lugares emblemáticos de la peregrinación: Portomarín y O Cebreiro.
Nieva y el románico segoviano (un día)
Otro día completo. Esta vez en tierras de Segovia: La iglesia de San Miguel de Sotosalbos, la Ermita de la Virgen de las Vegas, la iglesia de la Asunción de Duratón, todas ellas buenos ejemplos del famoso “románico porticado”. Y, en Sepúlveda, las iglesias del Salvador y Santa Mª de la Peña. Un castillo, el de Turégano y un claustro espectacular en el que se narran, entre otras cosas, escenas de la vida cotidiana medieval. Es el claustro de Santa Mª la Real de Nieva.
Visigodo y románico en la provincia de Zamora (un día)
Toro merece la pena, aunque sólo sea por contemplar el Pórtico de la Majestad durante un buen rato; como si fuera una película en la que se va conociendo a los personajes, la trama y el desenlace. Y con la policromía brillando que hace que se contemple mucho mejor. San Salvador de los Caballeros es un viaje por la historia de la escultura del Románico al Gótico, con piezas de gran valor, aunque poco conocidas. San Lorenzo el Real y la iglesia del Santo Sepulcro nos siguen mostrando tesoros arquitectónicos y escultóricos, y en San Salvador de los Caballeros uno de los mejores conjuntos de la pintura del Gótico lineal. Para cerrar este viaje y aportarle la nota visigoda, visita al Campillo para disfrutar de la iglesia de San Pedro de la Nave.
Navarra peregrina y fortificada
Volvimos a Navarra para recorrer el Camino de Santiago, como en anteriores ediciones, pero combinándolo con un itinerario nuevo, el de la Navarra fortificada. En la Navarra peregrina visitamos Pamplona, con la Catedral gótica y el claustro. Continuamos hacia la misteriosa iglesia de de Santa Mª de Eunate donde hablamos de su leyenda, y culminamos el camino en Puente la Reina y Estella. En la Navarra fortificada visitamos el Cerco de Artajona y pudimos subir al curioso tejado invertido de la iglesia de San Saturnino y Santa Mª de Ujué. Pero también tuvimos el lujo de disfrutar, sólo para nosotros, de una de las mejores iglesias del románico rural de Navarra, San Martín de Tours en Artaiz.
Viajes por el extranjero
Jordania
El recorrido comenzó en Ammán, con su imponente ciudadela, sus museos y la mezquita. Visitamos ciudades antiguas como Jerash o castillos como el de Ajlun, además de los famosísimos Castillos del Desierto.
Disfrutamos de los mosaicos de Madaba y las vistas del Monte Nebo, para acabar trasladándonos a la zona del Mar Muerto, con baño incluido, y poder disfrutar de la maravillosa ciudad de Petra, tanto en visita nocturna como diurna. El broche espectacular fue presenciar el amanecer en el desierto de Wadi-Rum, habiendo pasado la noche en un campamento como auténticos beduinos.
¡Un viaje inolvidable!
Románico del norte de Italia
Empezamos por Turín, donde pudimos visitar los monumentos principales de la ciudad, y además su famoso Mº Egipcio. Y, en los alrededores, una de las joyas del Románico: la Sacra de San Michelle.
Camino de Pavía, otro de los centros claves del Románico del Norte, visitamos la ciudad renacentista de Vigevano y la Basílica románica de Lomello. Al igual que Lomello, otro lugar poco conocido por las rutas turísticas, fue la iglesia y el baptisterio de Vigolo Marchese. También nos deleitamos con la fachada de la Catedral de San Donino en Fidenza, repleta de esculturas.
No podía faltar Parma con el conjunto artístico de Duomo, Campanile y Baptisterio. Y, por si fuera poco, también la Abadía de Nonantola.
Y, de postre, Rávena. Aunque la visitamos en el viaje del Románico Lombardo, no importa repetir una ciudad tan llena de arte. Pero no fue la última visita porque aún nos quedaba otra sorpresa Románica: la Abadía de Pomposa.
Cátaros y románico en Francia
En el que combinamos la ruta de los Cátaros con lo mejor del Románico francés en torno al Macizo Central.
Desde Toulouse visitamos Albi, donde no podía faltar la visita al Mº de Toulouse-Lautrec. Seguimos en Moissac, con su famosísima Abadía románica. También visitamos la Abadía de Souillac y un lugar parado en el tiempo, Rocamadour. No sólo pudimos visitar su santuario, sino tener el privilegio de poder hacer noche allí.
Seguimos hacia Sant Foy de Conques, donde sólo con ver su policromada portada románica ya merece la pena el viaje. Y también Le Puy en Velay, con su catedral y la subida impresionante a San Miguel de Aiguilhe.
En Arlés visitamos todos los monumentos de época romana y románica, siguiendo los pasos de la ruta de Van Gogh.
Y cerramos en Carcassonne. Así que recorrimos Occitania, Aquitania, Auvernia y Provenza.
Queda mucho por ver, y ganas de volver.
De Florencia a Venecia
FLORENCIA tiene tanto que ver que es imposible querer abarcarlo de una sola vez. Aun así, la lista de lo visitado es numerosa: San Miniato al Monte, Palacio Médici Ricardi (con la capilla de los Reyes Magos), Catedral de Santa Mª de las Flores y el Baptisterio, Palacio Pitti, Santa María Novella, San Lorenzo con la Biblioteca Laurenciana y la Capilla Medicea, Santa Mª del Carmine con la Capilla Brancaci, Santa Croce con la Capilla Pazzi, Galería de los Uffizi y Galería de la Academia (ver el David de Miguel Ángel es una de las cosas que no se olvidan) y, otro museo, el del Barguello con lo mejor de la escultura renacentista. VENECIA es, en sí, un monumento. Pero, aparte de la propia ciudad, está el Palacio Ducal, la Basílica de San Marcos, Santa Mª della Salute (preciosa), San Giorgio Maggiore, la Basílica dei Frari y la Scuola Grande de San Rocco y la Galería de la Academia, como museos. Se habla de tantos artistas en Venecia: Tiziano, Tintoretto, Canova, Palladio,… que es imposible hacer un resumen y no dejarse algo fuera. Entre estas dos grandes ciudades, también una breve visita a PADUA y a SIENA, donde lo más destacable, aparte de sus centros históricos, son el Condottiero Gattamelata de Donatello en Padua y la Catedral gótica más la Piazza del Campo en Siena.
Roma y Pompeya
La ciudad eterna, desde luego que sí: es eterna porque nunca se acaba de conocer, siempre queda algo por descubrir. Y es maravillosa, llena de historia, llena de arte, de lo mejor del arte. Está Bernini en Santa Mª della Vittoria para entrar en “éxtasis” al ver el Éxtasis de Santa Teresa, está Borromini en la movidísima iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, está Miguel Ángel en San Pietro in Vincoli con ese Moisés que te atrapa con la mirada y con la fuerza que emana, está Caravaggio en Santa Mª del Popolo y en San Luis de los Franceses con sus cuadros tenebristas impresionantes, está Bramante en el templete de San Pietro in Montorio, está Vignola en el Gesú, está Velázquez en la Galería Doria Pamphili con el retrato de Inocencio X que parece que se va a salir del cuadro,… y están reunidos Bramante, Miguel Ángel y Bernini en San Pedro del Vaticano con los Museos y la espléndida Capilla Sixtina. También la antigua Roma con el Foro romano, el Coliseo, las catacumbas de San Calixto, el Panteón, las iglesias de San Clemente, Santa María in Cosmedin, Santa Sabina y Santa María in Trastevere o las basílicas de San Juan de Letrán y Santa Mª Maggiore. Para completar estas visitas, museos de primer orden, como la Galería Borghese y los Museos Capitolinos. Y, además, una excursión desde Roma para visitar las ruinas de la ciudad de Pompeya.
Sicilia
Sicilia es uno de los grandes descubrimientos como destino en Italia, ya que tiene de todo, desde arte de la Antigüedad grecorromana, pasando por árabes y normandos, hasta el Barroco más exquisito. PALERMO, la capital, es la primera que impacta por todo lo que ofrece: desde la Capilla Palatina con sus mosaicos o la Catedral normada, al cruce de culturas que se observa en San Giovanni degli Eremiti o San Cataldo. Pero, además, Palermo tiene un muestrario del Barroco de Serpota inigualable, con los Oratorios y el interior del Gesú. MONREALE y CEFALÚ, también con catedrales normandas, ofrecen otras imágenes del Pantocrátor, diferentes al de la Capilla Palatina, pero igualmente bellas. Visitar el Templo de SEGESTA, las ruinas de SELINUNTE o el Valle de los templos de AGRIGENTO te hace creer estar en Grecia. Y ya, visitar Agrigento de noche con los templos iluminados para terminar el día, es todo un acierto. En este viaje a la Antigüedad, se visita la Villa romana del Casale en PIAZZA ARMERINA y la zona arqueológica de Neápolis en SIRACUSA, donde está el Teatro griego, las Latomías con la famosa “oreja de Dioniso” o el Anfiteatro romano. Como broche a este viaje espectacular por la isla de Sicilia, el barroco de NOTO y la bellísima TAORMINA con vistas del Etna desde su Teatro griego. En la reedición de 2017 el viaje se orientó a un recorrido específico de la SICILIA NORMANDA Y BARROCA. Además de volver a visitar monumentos del viaje anterior, se incluye en PALERMO: La iglesia de la Martorana, el Palacio árabe de la Zisa y la iglesia gótica de Santa Mª della Catena. El pueblo de ERICE, ubicado en un enclave paisajístico de interior, porque Sicilia no es sólo costa, sino mucho más… Y el triángulo Barroco con RAGUSA, MÓDICA y SCICLI. Imposible describir en una breve reseña las maravillas que ofrece Sicilia en todos los sentidos.
Turquía
Un viaje diferente que se adentra en la Capadocia para caminar por sus paisajes lunares, asistir a un espectáculo de la danza de Derviches, fumar en pipa y montar en globo. Tras pasar tres días en Capadocia, rumbo a Estambul, para visitar Santa Sofía, el palacio de Topkapi, la cisterna de Yerebatan, la Mezquita Azul y muchas más, como la Fatih Camii , Rüstem Pasha o la de Solaimán el Magnífico, entre otras. Un crucero por el Bósforo y cruzando a la orilla occidental se visita un palacio del siglo XIX, el de Beylerbeyi. También los bazares, ¡cómo no!: el de las especias y el gran bazar. Y subir en teleférico a tomar un té y contemplar la vista del Cuerno de Oro en el café de Pierre Loti, bajando luego en un paseo precioso por el cementerio otomano. La zona moderna con la Avenida Istiklal o el Barrio bohemio de Gálata, con la preceptiva subida a la torre. Y una de las visitas más gratificantes: San Salvador in Chora, la iglesia bizantina más importante de Estambul, después de Santa Sofía.
La Toscana
Repetir un viaje a FLORENCIA debería ser obligatorio. Se realizaron visitas de la edición anterior, incluyendo novedades como la iglesia de la Santa Felicitá, el Santo Spirito o la Casa Buonarotti. Después de tres días en Florencia, de lo más intensos, recorrido por el románico de LUCCA, PISA y PISTOIA. Visita de SAN GIMINIANO contemplando las pinturas de la Colegiata. SIENA, con su Catedral. Continuación hacia PIENZA, MONTEPULCIANO y CORTONA, un recorrido cinematográfico que recuerda la película “Bajo el sol de la Toscana” o “La vida es bella” en AREZZO, lugar donde se encuentra la Iglesia de San Francisco con los frescos de Piero della Francesca, entre otras cosas. Un viaje de interior con final en la costa, paseando por la ciudad de LIVORNO, el puerto de la Toscana.
París y Normandía
París, París,… pero no sólo París. Es una maravilla visitar GIVERNY, pisando los mismos lugares donde vivió y pintó Claude Monet. En Bretaña, los pueblecitos de DINAN Y SAINT MALO. Y, en Normandía, la experiencia única de visitar el MONT SAINT MICHEL. Y, antes de llegar a París, un pedazo de Catedral: CHARTRES. PARÍS al completo, o casi: visita a los Inválidos, el Mº Rodin, la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, la Saint Chapelle, la Conciergerie, la Basílica de Saint Denis, el Sacre Couer con un paseo fabuloso por Montmartre y otro paseo, esta vez por el Sena, para ver París iluminado. El palacio de VERSALLES es uno de los mejores palacios barrocos, junto con sus jardines. Al igual que el Mº del Louvre está entre los primeros museos del mundo. Y no se queda atrás el Mº D’Orsay, el museo de los impresionistas.
El románico lombardo
Esta vez de Románico por la Lombardía y la Emilia Romagna. ¡Otro placer de viaje! Desde MILÁN, paseando por la ciudad y visitando la Catedral gótica, la Iglesia de Santa Mª Presso San Sátiro con el famoso trampantojo de Bramante y la Basílica de San Ambrosio, perfecto ejemplo de Románico lombardo. Y continuar en BOLOGNA, la ciudad de los pórticos, visitando el Archigimnasio y el conjunto de las cuatro iglesias de la Piazza de Santo Stefano, además de visitar la Basílica de San Petronio y la de San Doménico. FERRARA, que es un auténtico viaje a la Edad Media; PARMA con su Catedral y los típicos leones estilóforos, y su Baptisterio lleno de decoración escultórica y pictórica; no se queda atrás MÓDENA, donde también brilla la Catedral, ni tampoco VERONA, la ciudad de Romeo y Julieta. Y, en MANTUA, uno se transporta al Renacimiento con el Palacio del Té, la Basílica de San Andrés de Mantua (otra vez viendo una obra de Bramante) y el Palacio Ducal con la Cámara de los Esposos pintada al fresco por Mantegna. Pero todavía queda más Renacimiento y, ahora, con Palladio en la ciudad de VICENZA con el inolvidable Teatro Olímpico en el que la perspectiva parece obra de un mago. ¡Qué mejor broche de oro que cerrar un viaje con el oro de los mosaicos de RÁVENA! Las dos iglesias de San Apolinar, los Baptisterios, el Mausoleo de Gala Placidia, sin olvidarnos del Mausoleo de Teodorico. Y, San Vital, donde te despiden las imágenes de Justiniano y Teodora.
Grecia
Un viaje de arte greco-bizantino centrado en Atenas y el Peloponeso. Empezando por lo más romántico, la puesta de sol en Cabo Sounion desde el Templo de Poseidón. Luego ATENAS visitando la Acrópolis y su Museo, las Ágoras romana y antigua y el Mº Arqueológico. CORINTO, MICENAS y EPIDAURO, con su gran Teatro. Y más: NAUPLIA, MISTRAS, la ciudad fantasma bizantina, o MESENIA, que es una grata sorpresa por lo desconocida y, sin embargo, espectacular. Los santuarios de OLYMPIA y DELFOS, con sus Museos, llenos de tesoros artísticos. La ciudad de LEPANTO, y el famoso paso de las Termópilas. El grandioso Monasterio de Osios Loukas, puro arte bizantino. Y, como remate impresionante, el paisaje de METEORA y la visita a sus monasterios enclavados en la roca. Tras subir unas cuantas escaleras, se disfruta del encanto de este lugar y de los iconos y pinturas bizantinas que ofrece su decoración.
La Puglia
Italia tiene tantas cosas que ver y tan diferentes… y una prueba de ello es la Puglia, el tacón de la bota. MONOPOLI y POLIGNANO A MARE son un buen ejemplo de los típicos pueblos de costa, donde se rememora la canción de “Volare” de Doménico Modugno. Si la impresión aquí ya es buena, queda por ver todo el Románico pugliense, desde MOLFETTA con la Catedral de San Corrado, a Trani, con su esbeltísima catedral, o BARLETTA que, además, de catedral también ofrece un castillo. Más catedrales, y diferentes, en BITONTO y RUVO DI PUGLIA. Y la visita a Castel del Monte, el sueño de Federico II de Suabia. La Puglia tiene grandes contrastes al pasar de las monumentales catedrales románicas a lugares como MATERA o ALBEROBELLO. Matera, con casas excavadas en la roca e iglesias rupestres, supone un viaje a tiempos remotos; y Alberobello, con sus originales Trulli, un tanto de lo mismo. También hay Barroco y ¡qué Barroco!: la Piazza del Duomo de LECCE es una maravilla (de noche, aún más) y la Basílica de Santa Croce está bordada de encaje. En OTRANTO, donde también hay otro enorme castillo, está la sorpresa del pavimento de mosaico de su Catedral. Y, en GALATINA, la Basílica de Santa Caterina deleita con sus pinturas góticas. ¿Faltaba más románico? Pues sí, la Abadía de Santa Mª di Cerrate; y más gótico, la iglesia de Santa Mª del Casale. Y también más pueblos, tan preciosos como OSTUNI. Y, la gran capital, BARI con la Basílica de San Nicolás, Catedral de San Sabino, el Borgo Murattiano o el Castillo normado. ¿Cómo puede caber tanto en un pequeño tacón?
Todas las caras de Roma
Un viaje temático para ver “todas las caras de Roma”: la Roma Pagana, Cristiana, Paleocristiana y medieval, Barroca y la Roma de Caravaggio. Además de las visitas obligadas de Vaticano y las grandes iglesias con tesoros artísticos. En la Roma cristiana se visitan las Basílicas Mayores de San Pablo Extramuros, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. En la paleocristiana y medieval, las iglesias de San Clemente, Santa Sabina, Santa Mª in Cosmedin (con la famosa y fotografiada Boca de la Verdad) y en el Trastévere, Santa Mª y Santa Cecilia. En la barroca, además de las iglesias de Bernini y Borromini, la Plaza de España, Fontana de Trevi y Piazza Nanova y la sorprendente iglesia de San Ignacio, con su trampantojo, y una bellísima escultura en la iglesia San Francesco a Ripa: la beata Ludovica Albertoni de Bernini. Y la Roma Pagana centrada en el Foro romano, republicano y el Palatino.
Nápoles y Campania
Un nuevo viaje al sur de Italia, con un recorrido completo por la ciudad de Nápoles, visitando joyas como la Capilla de San Severo con el increíble Cristo velado, Santa Clara, el Gesú Nuovo, el Duomo y la Nápoles subterránea en las excavaciones de San Lorenzo Maggiore y las catacumbas de San Genaro, y no podía faltar el gran Museo Arqueológico y el de Capodimonte. Y, hablando de arqueología, visitamos también Pompeya y, en la antigua Oplontis, la Villa de Popea; además de un recorrido por los Campos Flégreos haciendo parada en Cuma y Pozzuoli. Un viaje que nos ofreció también paisajes de ensueño por la costa sorrentina y amalfitana, visitando Amalfi con su catedral y en Ravello “la terraza del infinito” en Villa Cimbrone. Aún quedó tiempo para visitar Salerno y gozar de una mañana completa en Paestum, visitando el conjunto arqueológico y sus templos.
